jueves, 26 de julio de 2007

MINIMALISMO


Varios compositores de fines del siglo XX comenzaron a explorar lo que ahora llamamos minimalismo. La más específica definición de minimalismo refiere al dominio de los procesos en música donde los fragmentos se superponen en capas unos a otros, a menudo se repiten, para producir la totalidad de la trama sonora. Ejemplos tempranos incluyen En do (de Terry Riley) y Tamborileando (de Steve Reich). La primera de estas obras hizo que Riley fuera considerado por muchos el padre del minimalismo; es una pieza formada por celdas melódicas comprimidas, que cada intérprete en un conjunto toca a su propio tempo. La onda minimalista de compositores —Terry Riley, Mike Oldfield, Philip Glass, Steve Reich y La Monte Young, para nombrar los más importantes— deseaban hacer la música accesible para los oyentes comunes, expresando cuestiones específicas y concretas de la forma dramática y musical, sin ocultarlas bajo la técnica, sino más bien haciéndolas explícitas.
Una diferencia clave entre el minimalismo y la música previa es el uso de diferentes celdas "fuera de fase", a gusto de los interprétes; compare esto con la obertura de El oro del Rin de Richard Wagner, donde a pesar del uso de tríadas de celdas, cada parte está controlada por un mismo impulso y se mueve a la misma velocidad.
La música minimalista resulta controversial para los oyentes tradicionales. Sus críticos la encuentran demasiado repetitiva y vacía, mientras que sus defensores argumentan que los elementos fijos que a menudo son permanentes producen mayor interés en los pequeños cambios. De todas formas, el minimalismo han inspirado e influenciado a muchos compositores habitualmente no etiquetados como minimalistas (como Karlheinz Stockhausen y György Ligeti). Compositores como Arvo Pärt, Joh Travener y Henryk Górecki, cuya Sinfonía N.º 3 fue el álbum clásico más vendido en los años noventa, encontraron gran éxito en lo que se ha dado en llamar “minimalismo feliz” en obras de profundo sentido religioso.
La siguiente ola de compositores que incursionaron en este estilo no son llamados minimalistas por algunos, pero sí por otros. Por ejemplo, el compositor de ópera John Adams, y su alumno Aaron Jay Kernis. La expansión del miminalismo de un sistema musical a música dependiente de la textura para acompañar el movimiento ha generado una diversidad de composiciones y compositores.

Música posmodernista; Nacimiento del posmodernismo



El posmodernismo puede ser considerado una respuesta al modernismo que defiende los productos de la actividad humana —particularmente los manufacturados o artificiales— como el sujeto central del arte misma, y la idea de que el propósito del arte es focalizar la atención del público sobre objetos para su contemplación, tal como el crítico Steve Hicken lo explica. Esta teoría del modernismo vuelve a la Escuela dadaísta ejemplificada por Duchamp, y al collage de música concreta, así como los experimentos con música electrónica de Edgard Varèse y otros. No obstante, el posmodernismo defiende que éste fue el modo primigenio de existencia humana, un buceo individual en el mar de producción del hombre.
John Cage es una figura prominente en la música del siglo XX; su influencia fue creciendo durante su vida, y hoy es recordado por muchos como el fundador de la música posmoderna. Cage cuestionó la misma definición de música en sus piezas, e insistió en la filosofía de que todos los sonidos son esencialmente música. En su Silencio 4’33” confronta al oyente con su idea de que los sonidos no intencionales son tan músicalmente válidos como los originados por un instrumento. Cage también usó notablemente música aleatoria, y sonidos hallados con el objetivo de crear un estilo de música interesante y diferente. Su música no solamente se basa en el argumento de que no hay “música” o “ruido” sino sólo “sonido”, y que las combinaciones de sonidos hallados constituyen eventos musicales, sino también en la importancia de focalizar la atención y en la “invención” como esenciales al arte.
Cage, sin embargo, ha sido catalogado por algunos como demasiado vanguardista en su enfoque; por esta razón, muchos encuentran su música antipática. Resulta interesante analizar que la aparente oposición al indeterminismo de Cage, la música sobrestructurada de los serialistas, ha producido piezas de sonoridad similar, incluso muchos serialistas como por ejemplo Pierre Boulez o Karlheinz Stockhausen han utilizado procedimientos aleatorios. Michael Nyman dice en música experimental que el minimalismo fue una reacción generada por y contra el serialismo y el indeterminismo. (Ver también música experimental).
El posmodernismo encontró a la música y la pintura en momentos muy similares; por un lado la sobriedad, pureza, amor por la mecánica, abstracción y la trama en la que muchos rasgos modernistas fueron preservados, como el énfasis sobre el estilo personalizado y la experimentación. Sin embargo, los posmodernistas rechazaron la instancia hermenéutica del modernismo (la necesidad de estar en el ambiente del modernismo). En lugar de ello, el posmodernismo toma lo popular y lo reduce a su guía estética. Uno de los primeros movimientos que rompió con el modernismo se inspiró en el trabajo de Cage, y su énfasis en los sonidos por capas: el minimalismo.

Neoclasicismo


El neoclasicismo en música refiere al movimiento del siglo XX que retomó una práctica común de la armonía, mezclada con grandes disonancias y ritmos, como punto de partida para componer música. Igor Stravinski, Paul Hindemith, Sergei Prokofiev y Béla Bartók son los compositores más importantes usualmente mencionados en este estilo, pero también el prolífico Darius Milhaud y su contemporáneo Francis Poulenc.
El neoclasicismo nació al mismo tiempo que el retorno general a modelos racionales en las artes, en respuesta a la primera guerra mundial. Más pequeño, más escaso, más ordenado fueron las tendencias concebidas como respuesta a la saturación emocional que muchos sintieron había empujado a la gente a las trincheras. Teniendo en cuenta que los problemas económicos favorecían grupos más pequeños, la búsqueda por hacer “más con menos” se tornó en consecuencia una práctica obligada. La historia del soldado de Stravinski es por esta razón una semilla de pieza neoclásica, como sucede también en el concierto Los robles de Dumberton, en su Sinfonía para instrumentos de viento o en la Sinfonía en do. La culminación neoclásica de Stravinski es su ópera Marcha de la calavera («Rake's Progress»), con libreto del bien conocido poeta modernista W. H. Auden.
Durante un tiempo, el alemán Paul Hindemith fue rival de Stravinski en el neoclasicismo, mezclando punzantes disonancias, polifonía y cromatismo libre dentro de un estilo utilitario. Hindemith produjo trabajos de cámara y orquestales en este estilo, quizá el más famoso de ellos sea Mathis der Maler. Su producción de cámara incluye su Sonata para corno, un trabajo expresionista lleno de detalles oscuros y conexiones internas.
El neoclasicismo encontró una audiencia interesada en EE.UU.; la escuela de Nadia Boulanger promulgó ideas musicales basadas en la comprensión de la música de Stravinski. Entre sus estudiantes se encuentran músicos neoclásicos como Elliott Carter (en su primer época), Aaron Copland, Roy Harris, Darius Milhaud, Ástor Piazzolla y Virgil Thomson.
El rasgo más audible del neoclasicismo son melodías que usan la tercera como intervalo fijo, y agregan cromáticamente notas disonantes al ostinato, bloques armónicos y mezcla libre de polirritmos. El neoclasicismo ganó gran aceptación de la audiencia con rapidez, y fue internalizado por aquellos opositores al atonalismo como la verdadera música moderna. El neoclasicismo también aceptó el uso de la música folclórica para conseguir mayor ritmo y variedad armónica. Modernistas como el húngaro Béla Bartók, Zoltán Kodály (afecto al Romanticismo) y el checo Leos Janácek reunieron y estudiaron sus músicas folklóricas nacionales, las que posteriormente influyeron sobre sus obras.

Disonancia libre y experimentación


A principios del siglo XX compositores modernistas como George Antheil y otros produjeron música impactante para la audiencia de la época por su desprecio de las convenciones musicales. Charles Ives combinó frecuentemente música popular con múltiples o bitonales capas de música, extremas disonancias, y una complejidad rítmica en apariencia inejecutable.
Henry Cowell interpretaba sus solos de piano pulsando las cuerdas del piano, golpeando la caja, o presionando teclas con sus brazos y otros objetos. Edgard Varèse escribió piezas de alta disonancia que utilizan sonoridades inusuales y ruidos futurísticos y científicos. Charles Seeger enunció el concepto de contrapunto disonante, una técnica usada por Carl Rugges, Ruth Crawford-Seeger, y otros. Igor Stravinski y Serge Diaghilev desafinaron el bullicio que da la bienvenida la Consagración de la primavera con coreografía de Vaslav Nijinsky. Darius Milhaud y Paul Hindemith exploraron la bitonalidad. Amadeo Roldán introdujo música escrita específicamente para conjuntos de percusión en la tradición clásica; pronto fue seguido por Varèse y luego otros. Kurt Weill escribió la popular Ópera de tres peniques en el idioma popular de los cabarets alemanes. Los compositores modernistas de la vanguardia escribieron a menudo obras atonales, algunas veces exploraron el dodecafonismo, usaron libremente la disonancia, incluyeron o imitaron música popular, o cualquier otro recurso que provocara a sus audiencias.

Segunda escuela vienesa; atonalismo y serialismo


Una de las más significativas figuras en la música del siglo XX es Arnold Schoenberg. Sus primeros trabajos pertenecen al estilo romántico tardío, influenciado por Richard Wagner y Gustav Mahler, pero al final abandonó el sistema de composición tonal, para escribir música atonal libre. Es reconocido como el primer compositor que hizo esto. Con el tiempo, desarrolló la técnica del dodecafonismo, proponiéndola en reemplazo de la organización tonal tradicional.
Sus alumnos Anton Webern y Alban Berg también desarrollaron y profundizaron el uso del sistema dodecafónico, y se destacaron por el uso de tal técnica bajo reglas propias. Los tres son conocidos, familiarmente, como La Trinidad Schoenberg, o la Segunda Escuela Vienesa. Este nombre se creó para resaltar que esta Nueva Música tuvo el mismo efecto innovador que la Primera Escuela Vienesa de Haydn, Mozart y Beethoven.
La música de Schoenberg y la de sus seguidores fue muy controversial en sus días, y así permanece todavía en alguna medida. Como carece de un sentido de melodía definida, algunos oyentes la encontraban —y todavía la encuentran— difícil de seguir. A pesar de ello, actualmente se siguen interpretando, estudiando y escuchando obras como Pierrot lunar, mientras que se han olvidado otras composiciones contemporáneas que en su momento se consideraban más aceptables han sido olvidadas. En gran medida, la causa de esto es que su estilo pionero resultó muy influyente, incluso entre compositores que continuaron componiendo música tonal. A partir de ellas, muchos compositores han escrito música no basada en la tonalidad tradicional.
La técnica dodecafónica fue posteriormente adaptada por otros compositores para controlar aspectos de la música distintos del tono de las notas, como la dinámica y métodos de ataque, creando música completamente serial. Milton Babbitt creó su sistema de puntuación temporal, donde la distancia temporal entre el punto de ataque de las notas es también serializado. Algunos compositores serializaron aspectos como el registro o la dinámica. El estilo puntillista de Webern —en el que los sonidos individuales son cuidadosasmente ubicados en la obra de manera que cada uno tiene importancia— fue muy influyente en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial entre compositores como Pierre Boulez y Karlheinz Stockhausen.
Irónicamente, después de años de impopularidad, la técnica dodecafónica se convirtió en norma en Europa durante los años cincuenta y sesenta, pero luego sufrió un retroceso cuando generaciones de jóvenes y viejos compositores retornaron a la escritura de música tonal, ya fuera en sus variantes neoclásica, romántica o minimalista. Stravinski, que estudió de joven con Nikolay Rimsky-Korsakov, se convirtió en modernista, luego en neoclásico, y posteriormente incursionó en el serialismo a partir de la muerte de Schoenberg.

MODERNISMO


Se da el nombre de modernismo a una serie de movimientos basados en el concepto de que —siendo el siglo XX una época de fundamentales cambios sociales y tecnológicos— el Arte debe adoptar y desarrollar estos principios como fundamento estético. El modernismo toma el espíritu progresista de fines del siglo XIX, su apego por el rigor del avance tecnológico, y lo despega de las normas y formalismos del arte de la época.
Para tomar un ejemplo, el arquitecto Frank Lloyd Wright hacía sus proyectos con herramientas de dibujo, no porque no pudiera dibujar a mano alzada, sino porque “la máquina es lo que viene, así que necesito crear belleza con la máquina”. Varios movimientos en la música del siglo XX, incluyendo el neoclasicismo, el serialismo, el experimentalismo y el conceptualismo tendieron a este concepto.

Otros compositores del siglo XX que compusieron obras en un idioma menos tradicional son:




También puede decirse que compositores minimalistas como Philip Glass evocan alguna sensación del lenguaje armónico y melódico el siglo XIX, pero se apartan radicalmente en estructura, textura, armonía, ideas, desarrollo, contrapunto y ritmo. Muchos otros compositores del siglo XX tomaron rutas más experimentales.

ROMANTICISMO


Particularmente en la primera parte del siglo, muchos compositores escribieron música que fue una extensión de la música romántica del siglo XIX. La armonía —salvo mayor complejidad— fue tonal, y los agrupamientos instrumentales tradicionales, como la orquesta o el cuarteto de cuerdas se mantuvieron como los más usuales. (Ver música romántica )
Muchos compositores prominentes —entre ellos Dmitri Kabalevsky, Dmitri Shostakovich y Benjamin Britten— hicieron significativos avances en el estilo y la técnica mientras continuaban empleando un lenguaje melódico, armónico, estructural y textural relacionado con el del siglo XIX, accesible al auditorio promedio.Música de esta tendencia fue escrita a través del siglo XX y continua siendo escrita hoy.

La música clásica también


Tuvo una intensa fertilización cruzada con el jazz, mediante muchos compositores capaces de trabajar en ambos géneros, incluyendo a George Gershwin. Un fenómeno importante del siglo XX fue la mezcla entre lo tradicional y la vanguardia, con varias prominentes figuras en un mundo consideradas menores o inaceptables en el otro. Compositores como Anton Webern, Elliott Carter, Edgard Varèse, Milton Babbitt y Luciano Berio tuvieron seguidores devotos en la vanguardia, pero fueron a menudo atacados fuera de ésta. Con el paso del tiempo, sin embargo, se ha aceptado progresivamente, aunque no universalmente, que las categorías son más flexibles que lo que algunas polémicas podrían hacer creer: muchas de las técnicas iniciadas por los compositores arriba mencionados, se utilizaron en la música popular a través de The Beatles, Pink Floyd, Mike Oldfield, Nirvana, Radiohead, y en música de películas que atrajeron audiencias masivas.
Debe tenerse en cuenta que este artículo presenta un vistazo sobre la música clásica del siglo XX, y muchos compositores mencionados dentro de diferentes tendencias o movimientos pueden no identificarse en forma exclusiva con éstos, y pueden ser considerados como participando en diferentes movimientos. Por ejemplo, en distintos momentos de su carrera, Ígor Stravinski puede ser considerado romántico, modernista, neoclásico y serialista.
El siglo XX fue también una época en la que la grabación y la radiodifusión cambiaron las relaciones sociales y económicas inherentes a la música. Una persona del siglo XIX podía conocer a algunos compositores, o escuchar interpretaciones de sus obras en vivo. Una del siglo XX en el mundo industrializado tuvo acceso a la radio, television, fonógrafo, y más tarde a la música digital con los discos compactos.

Entre los más conocidos compositores del siglo XX se puede mencionar a:


Siglo XX(1900-2000); Música del siglo XX


La música “clásica” (académica) del siglo XX fue extremadamente diversa, comenzando con el estilo romántico tardío de Serguéi Rachmáninov y el impresionismo de Claude Debussy, y llegando a mundos sonoros tan distantes como el completo serialismo de Pierre Boulez, la simple tríada armónica de los compositores minimalistas como Steve Reich y Philip Glass, la música concreta de Pierre Schaeffer, la música microtonal adoptada por Harry Partch, Alöis Haba y otros, y la música aleatoria de John Cage.

miércoles, 25 de julio de 2007

Romanticismo en el siglo XX (1901, en adelante)




La música clásica tuvo también una intensa fertilización cruzada con el jazz, mediante muchos compositores capaces de trabajar en ambos géneros, incluyendo a George Gershwin. Un fenómeno importante del siglo XX fue la mezcla entre lo tradicional y la vanguardia, con varias prominentes figuras en un mundo consideradas menores o inaceptables en el otro. Compositores como Anton Webern, Elliott Carter, Edgard Varèse, Milton Babbitt y Luciano Berio tuvieron seguidores devotos en la vanguardia, pero fueron a menudo atacados fuera de ésta. Con el paso del tiempo, sin embargo, se ha aceptado progresivamente, aunque no universalmente, que las categorías son más flexibles que lo que algunas polémicas podrían hacer creer: muchas de las técnicas iniciadas por los compositores arriba mencionados, se utilizaron en la música popular a través de The Beatles, Pink Floyd, Mike Oldfield, Nirvana, Radiohead, y en música de películas que atrajeron audiencias masivas.
Debe tenerse en cuenta que este artículo presenta un vistazo sobre la música clásica del siglo XX, y muchos compositores mencionados dentro de diferentes tendencias o movimientos pueden no identificarse en forma exclusiva con éstos, y pueden ser considerados como participando en diferentes movimientos. Por ejemplo, en distintos momentos de su carrera,
Ígor Stravinski puede ser considerado romántico, modernista, neoclásico y serialista.
El siglo XX fue también una época en la que la grabación y la radiodifusión cambiaron las relaciones sociales y económicas inherentes a la música. Una persona del siglo XIX podía conocer a algunos compositores, o escuchar interpretaciones de sus obras en vivo. Una del siglo XX en el mundo industrializado tuvo acceso a la radio, television, fonógrafo, y más tarde a la música digital con los discos compactos.

Post-Romanticismo (1870-1949)




La música “clásica” (académica) del siglo XX fue extremadamente diversa, comenzando con el estilo romántico tardío de Serguéi Rachmáninov y el impresionismo de Claude Debussy, y llegando a mundos sonoros tan distantes como el completo serialismo de Pierre Boulez, la simple tríada armónica de los compositores minimalistas como Steve Reich y Philip Glass, la música concreta de Pierre Schaeffer, la música microtonal adoptada por Harry Partch, Alöis Haba y otros, y la música aleatoria de John Cage.

Romanticismo tardío (1850-1910)




Al llegar a la segunda mitad del siglo XIX, muchos de los cambios sociales, políticos y económicos que se iniciaron en la era post-napoleónica, se afirmaron. El telégrafo y las vías ferroviarias unieron a Europa mucho más. El nacionalismo, que fue una de las fuentes más importantes del principios de siglo, se formalizó en elementos políticos y lingüísticos. La literatura que tenía como audiencia la clase media, se convirtió en el objetivo principal de la publicación de libros, incluyendo el ascenso de la novela como la principal forma literaria.
Muchas de las figuras de la primera mitad del siglo XIX se habían retirado o habían muerto. Muchos otros siguieron otros caminos, aprovechando una mayor regularidad en la vida concertística, y recursos financieros y técnicos disponibles. En los anteriores cincuenta años, muchas innovaciones en la instrumentación, incluyendo el piano de acción "double escarpment", los intrumentos de viento con válvulas, y el "rest chin" de los violines y violas, pasaron de ser algo novedoso a estándar. El incremento de la educación musical sirivó para crear un público más amplio para la música para piano y los conciertos de música más sofisticados. Con la fundación de conservatorios y universidades se abrió la posibilidad a los músicos de hacer carreras estables como profesores, en vez de ser empresarios que dependían de sus propios recursos. La suma de estos cambios puede verse en la titánica ola de sinfonías, conciertos, y poemas sinfónicos que fueron creados, y la expansión de las temporadas de óperas de muchas ciudad y países, como París, Londres o Italia.
El período romántico tardío también vio el auge de los estilos llamados "nacionalistas" que estaban asociados con la música popular (folclórica) y la poesía de determinados países. La noción de música alemana o italiana, ya estaba largamente establecida en la historia de la música, pero a partir de finales del siglo XIX se crearon los estilos ruso (Glinka, Mussorgsky, Rimsky-Korsakov, Tchaikovski y Borodin); checo, finlandés y francés. Muchos compositores fueron expresamente nacionalistas en sus objetivos, buscando componer ópera o música asociada con la lengua y cultura de sus tierras de origen.

Como en otros períodos, la instrumentación siguió mejorándose durante el período romántico. Compositores como Hector Berlioz orquestaron sus obras de




En literatura, se suele decir que el romanticismo se inició en los años 1770 ó 1780, con el movimiento alemán llamado Sturm und Drang. Fue principalmente influenciado por Shakespeare, las sagas folkclóricas, reales o ficticias, y por la poesía de Homero. Escritores como Goethe o Schiller, cambiaron radicalmente sus prácticas, mientras en Escocia Robert Burns transcribía la poesía de las canciones populares. Este movimiento literario se reflejó de varias maneras en la música del período clásico, incluyendo la obra de Mozart en la ópera alemana, la elección de las canciones y melodías que se utilizarían en trabajos comerciales, y en el incremento gradual de la violencia en la expresión artística. Sin embargo, la habilidad o interés de la mayoría de los compositores para adherirse al "romanticismo y la revolución" estaba limitada por su dependencia a las cortes reales. Ejemplo de ello es la historia del estreno de Le nozze di Figaro de Mozart, que fue censurada por ser revolucionaria.
Incluso en términos puramente musicales, el romanticismo tomó su substancia fundamental de la estructura de la práctica clásica. En este período se incrementaron los estándares de composición e interpretación, y se crearon formas y conjuntos estándar de músicos. Sin faltar a la razón,
E.T.A. Hoffmann llamó "tres compositores románticos" a Haydn, Mozart y Beethoven. Una de las corrientes internas más importantes del clasicismo es el rol del cromatismo y la ambigüedad armónica. Todos los compositores clásicos más importantes utilizaron la ambigüedad armónica y la técnica de moverse rápidamente entre distintas tonalidades sin establecer una verdadera tonalidad. Uno de los ejemplos más conocidos de ese caos armónico se encuentra al principio de La Creación de Haydn. Sin embargo, en todas estas excursiones la tensión se basaba en secciones articuladas, un movimiento hacia la dominante o la relativa mayor, y una transparencia de la textura.
Para los
años 1810 se habían combinado la utilización del cromatismo y la tonalidad menor, el deseo de moverse a más tonalidades para lograr un rango más amplio de música, y la necesidad de un mayor alcance operístico. Mientras Beethoven fue tenido luego como la figura central de movimiento, compositores como Muzio Clementi o Louis Spohr representaban mejor el gusto de la época de incorporar más notas cromáticas en su material temático. La tensión entre el deseo de más color y el deseo clásico de mantener la estructura, conllevó a una crisis musical. Una respuesta fue moverse hacia la ópera, donde el texto podía otorgar una estructura incluso cuando no hubiera modelos formales. ETA Hoffman, conocido actualmente más por sus críticas musicales, presentó con su ópera Undine (1814) una innovación musical radical. Otra respuesta a esta crisis se obtuvo mediante la utilización de formas más cortas, incluyendo algunas novedosas como el nocturno, donde la intensidad armónica en sí misma era suficiente para mover la música adelante.

Instrumentación y escala

Como en otros períodos, la instrumentación siguió mejorándose durante el período romántico. Compositores como Hector Berlioz orquestaron sus obras de una forma nunca antes escuchada, dándole una nueva prominencia a los instrumentos de viento. El tamaño de la orquesta estandar aumentó, y se incluyeron instrumentos tales como el piccolo y corno inglés, que antes se utilizaban muy ocasionalmente. Mahler escribió su octava sinfonía, conocida como la Sinfonía de los miles, por la masa orquestal y coral que se requiere para interpretarla.
Además de necesitar una orquesta más grande, las obras del romanticismo tornáronse más largas. Una sinfonía típica de
Haydn o Mozart puede durar aproximadamente veinte o veinticinco minutos. Ya la tercera sinfonía de Beethoven, que se suele considerar como del romanticismo inicial, dura alrededor de cuarentaicinco minutos. Y esta tendencia creció notablemente en las sinfonías de Anton Bruckner y alcanzó sus cotas máximas en el caso de Mahler, con sinfonías que tienen una hora de duración (como es el caso de la primera y la cuarta) hasta sinfonías que duran más de una hora y media (como la segunda, tercera o novena).Por otro lado, en el romanticismo creció la importancia del instrumentista virtuoso. El violinista Niccolò Paganini fue una de las estrelas musicales de principios de siglo. Liszt, además de ser un notable compositor, fue también un virtuoso del piano, muy popular. Durante las interpretaciones de los virtuosos, solían destacar más ellos que la música que estaban interpretando

En la ópera se tendió a relajar, romper o mezclar entre sí, las formas establecidas en el barroco o el clasicismo. Este procesó alcanzó su climax con

Muchos compositores del románticismo,a partir de la segunda mitad del siglo XIX, escribieron música nacionalista, que tenía alguna conexión particular con su país. Esto se manifestó de varias maneras. Los temas de las óperas de Mikhail Glinka, por ejemplo, son específicamente rusos, mientras que Bedrich Smetana y Antonín Dvorák utilizaron ritmos y temas de las danzas y canciones populares checas. A finales del siglo XIX, Jean Sibelius escribió música basada en la épica finlandesa, la Kalevala y su pieza Finlandia se convirtió en un símbolo del nacionalismo finés.

Ópera romántica (1800-1924)

En la ópera se tendió a relajar, romper o mezclar entre sí, las formas establecidas en el barroco o el clasicismo. Este procesó alcanzó su climax con las óperas de Wagner, en las cuales las arias, coros, recitativos y piezas de conjunto, son difíciles de distinguir. Por el contrario, se busca un contínuo fluir de la música.
También ocurrieron otros cambios. Los
castrati desaparecieron y por tanto los tenores adquirieron roles más heroicos, y los coros se tornaron más importantes. A finales del período romántico, el verismo se popularizó en Italia, retratando en la ópera escenas realistas, más que históricas o mitológicas. En Francia la tendencia también se acogió, y quedaron ejemplos populares como Carmen de Bizet.

Tendencias del romanticismo; Influencias extramusicales

Una de las controversias que se planteó en el romanticismo fue la relación entre la música y textos y fuentes externas. Si bien la música con cierto programa (música programática) era común antes del siglo XIX, el conflicto entre inspiración formal e inspiración externa se convirtió en un asunto de discusión clave en el período romántico.
La controversia se inició en los
años 1830 cuando Hector Berlioz compuso su Sinfonía fantástica, que se presentó acompañada de extenso texto que describía el programa de la sinfonía, lo que causó que muchos críticos y académicos opinaran sobre la cuestión. Entre los primeros detractores se encontraba François-Joseph Fétis, director del recién creado Conservatorio de Bruselas, que declaró que la obra "no era musica". Robert Schumann defendió la obra, pero no el programa, argumentando que la buena música no podía verse afectada por malos títulos, pero que los buenos títulos no servían para salvar una mala obra. Franz Liszt fue uno de los defensores de la inspiración extra-musical.
A medida que pasó el tiempo las diferencias aumentaron, con polémicas azuzadas por ambos bandos. Para aquellos que creían en la música "absoluta", la perfección formal descansaba en la expresión musical que respetaba los esquemas trazados en obras previas, sobre todo en la
forma sonata que ya había sido codificada. Para los impulsores de la música de programa, la expresión rapsódica de la poesía o cualquier otro texto externo, era, en sí mismo, una forma. Argumentaban que al involucrar la vida del artista en la obra sería necesario seguir el curso de la narración. Tanto unos como otros citaban a Beethoven como fuente de inspiración y justificación. Esta disputa se resumió como el conflicto entre los seguidores de Johannes Brahms y Richard Wagner: Brahms era considerado el pináculo de la música absoluta, sin textos o referencias externas, y Wagner, el predicador de la poesía como proveedora de forma armónica y melódica para la música.
Las causas que provocaron esta controversia son complejas. Una de estas causas fue, indudablemente, la importancia creciente de la
poesía romántica, así como un interés creciente por canciones que pudieran ser interpretadas en conciertos o en casa. También se ha mencionado la naturaleza misma de los conciertos, que pasaron de ser presentaciones de una amplia variedad de obras, a ser mucho más especializados, lo cual aumentó la demanda de obras instrumentales con mayor expresividad y especificidad.
Algunos ejemplos notables de inspiración extra-musical los encontramos en la
sinfonía Faust, sinfonía Dante, y varios poemas sinfónicos de Liszt; la sinfonía Manfredo de Tchaikovsky; la primera sinfonía de Gustav Mahler; y el Carnaval de los animales de Camille Saint-Saëns. Por otro lado, compositores como Schubert utilizaron melodías de canciones en obras más extensas, y otros, como Liszt, transcribieron arias de ópera o canciones en obras puramente orquestales.

MÚSICA DEL ROMANTICISMO


El romanticismo musical es un período que transcurrió aproximadamente entre principios de los años 1800 y la primera década del siglo XX, y suele englobar toda la música escrita de acuerdo a las normas y estilos de dicho período. El romanticismo musical es un período de la música clásica (también conocida como música docta o académica) que fue precedido por el clasicismo y continuado por el modernismo.
El romanticismo musical está relacionado con el
romanticismo, la corriente de cambios en literatura, bellas artes y filosofía, aunque suele haber ligeras diferencias temporales, dado que el romanticismo en aquellas artes y en la filosofía se suele reconocer entre los años 1780 y 1840. El romanticismo como movimiento global en las artes y la filosofía, tiene como precepto que la verdad no podía ser deducida a partir de axiomas, en el mundo había realidades inevitables que sólo se podía captar mediante la emoción, el sentimiento y la intuición. La música del romanticismo intentaba expresar estas emociones y describir esas verdades más profundas, mientras preservaba o incluso expandía las estructuras formales del período clásico.
El término música romántica, que podría confundirse con la música del romanticismo, se entiende como toda la música suave o con un atmósfera ensoñadora. Ese término podría relacionarse con la palabra romántico que se estableció durante el romanticismo, pero no toda la música del romanticismo cumple con estas características. Del mismo modo, no toda la música romántica se puede relacionar con el período romántico.

Compositores

CLASICISMO (1750-1800)


El clasicismo musical comienza aproximadamente en 1750 (muerte de J. S. Bach) y termina en 1820 aproximadamente.
La música clásica propiamente dicha coincide con la época llamada
neoclasicismo (que en otras artes se trató del redescubrimiento y copia de los clásicos del arte grecorromano, que era considerado tradicional o ideal: clásico). En la música no existió un clasicismo original (ya que no había quedado escrita ninguna música de la época griega o romana).
La
música del clasicismo evoluciona hacia una música extremadamente equilibrada entre armonía y melodía. Sus principales exponentes son Haydn, Mozart y el primer Beethoven (ya que en su segunda época se volvió más romántico).

Georg Friefrich Häendel


1.- importancia del barroco en la música: En este período se desarrollaron nuevas formas y se operaron grandes avances técnicos tanto en la composición como en el virtuosismo, así tenemos: Cromatismo, Expresividad, Bajo cifrado y bajo continuo, Intensidad, ópera, Oratorio, cantata, sonata, tocata, suite, fuga y la sinfonía

viernes, 20 de julio de 2007

MÚSICA DEL ROMANTICISMO


El romanticismo musical es un período que transcurrió aproximadamente entre principios de los años 1800 y la primera década del siglo XX, y suele englobar toda la música escrita de acuerdo a las normas y estilos de dicho período. El romanticismo musical es un período de la música clásica (también conocida como música docta o académica) que fue precedido por el clasicismo y continuado por el modernismo.
El romanticismo musical está relacionado con el romanticismo, la corriente de cambios en literatura, bellas artes y filosofía, aunque suele haber ligeras diferencias temporales, dado que el romanticismo en aquellas artes y en la filosofía se suele reconocer entre los años 1780 y 1840. El romanticismo como movimiento global en las artes y la filosofía, tiene como precepto que la verdad no podía ser deducida a partir de axiomas, en el mundo había realidades inevitables que sólo se podía captar mediante la emoción, el sentimiento y la intuición. La música del romanticismo intentaba expresar estas emociones y describir esas verdades más profundas, mientras preservaba o incluso expandía las estructuras formales del período clásico.
El término música romántica, que podría confundirse con la música del romanticismo, se entiende como toda la música suave o con un atmósfera ensoñadora. Ese término podría relacionarse con la palabra romántico que se estableció durante el romanticismo, pero no toda la música del romanticismo cumple con estas características. Del mismo modo, no toda la música romántica se puede relacionar con el período romántico.