Una de las más significativas figuras en la música del siglo XX es Arnold Schoenberg. Sus primeros trabajos pertenecen al estilo romántico tardío, influenciado por Richard Wagner y Gustav Mahler, pero al final abandonó el sistema de composición tonal, para escribir música atonal libre. Es reconocido como el primer compositor que hizo esto. Con el tiempo, desarrolló la técnica del dodecafonismo, proponiéndola en reemplazo de la organización tonal tradicional.
Sus alumnos Anton Webern y Alban Berg también desarrollaron y profundizaron el uso del sistema dodecafónico, y se destacaron por el uso de tal técnica bajo reglas propias. Los tres son conocidos, familiarmente, como La Trinidad Schoenberg, o la Segunda Escuela Vienesa. Este nombre se creó para resaltar que esta Nueva Música tuvo el mismo efecto innovador que la Primera Escuela Vienesa de Haydn, Mozart y Beethoven.
La música de Schoenberg y la de sus seguidores fue muy controversial en sus días, y así permanece todavía en alguna medida. Como carece de un sentido de melodía definida, algunos oyentes la encontraban —y todavía la encuentran— difícil de seguir. A pesar de ello, actualmente se siguen interpretando, estudiando y escuchando obras como Pierrot lunar, mientras que se han olvidado otras composiciones contemporáneas que en su momento se consideraban más aceptables han sido olvidadas. En gran medida, la causa de esto es que su estilo pionero resultó muy influyente, incluso entre compositores que continuaron componiendo música tonal. A partir de ellas, muchos compositores han escrito música no basada en la tonalidad tradicional.
La técnica dodecafónica fue posteriormente adaptada por otros compositores para controlar aspectos de la música distintos del tono de las notas, como la dinámica y métodos de ataque, creando música completamente serial. Milton Babbitt creó su sistema de puntuación temporal, donde la distancia temporal entre el punto de ataque de las notas es también serializado. Algunos compositores serializaron aspectos como el registro o la dinámica. El estilo puntillista de Webern —en el que los sonidos individuales son cuidadosasmente ubicados en la obra de manera que cada uno tiene importancia— fue muy influyente en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial entre compositores como Pierre Boulez y Karlheinz Stockhausen.
Irónicamente, después de años de impopularidad, la técnica dodecafónica se convirtió en norma en Europa durante los años cincuenta y sesenta, pero luego sufrió un retroceso cuando generaciones de jóvenes y viejos compositores retornaron a la escritura de música tonal, ya fuera en sus variantes neoclásica, romántica o minimalista. Stravinski, que estudió de joven con Nikolay Rimsky-Korsakov, se convirtió en modernista, luego en neoclásico, y posteriormente incursionó en el serialismo a partir de la muerte de Schoenberg.
Sus alumnos Anton Webern y Alban Berg también desarrollaron y profundizaron el uso del sistema dodecafónico, y se destacaron por el uso de tal técnica bajo reglas propias. Los tres son conocidos, familiarmente, como La Trinidad Schoenberg, o la Segunda Escuela Vienesa. Este nombre se creó para resaltar que esta Nueva Música tuvo el mismo efecto innovador que la Primera Escuela Vienesa de Haydn, Mozart y Beethoven.
La música de Schoenberg y la de sus seguidores fue muy controversial en sus días, y así permanece todavía en alguna medida. Como carece de un sentido de melodía definida, algunos oyentes la encontraban —y todavía la encuentran— difícil de seguir. A pesar de ello, actualmente se siguen interpretando, estudiando y escuchando obras como Pierrot lunar, mientras que se han olvidado otras composiciones contemporáneas que en su momento se consideraban más aceptables han sido olvidadas. En gran medida, la causa de esto es que su estilo pionero resultó muy influyente, incluso entre compositores que continuaron componiendo música tonal. A partir de ellas, muchos compositores han escrito música no basada en la tonalidad tradicional.
La técnica dodecafónica fue posteriormente adaptada por otros compositores para controlar aspectos de la música distintos del tono de las notas, como la dinámica y métodos de ataque, creando música completamente serial. Milton Babbitt creó su sistema de puntuación temporal, donde la distancia temporal entre el punto de ataque de las notas es también serializado. Algunos compositores serializaron aspectos como el registro o la dinámica. El estilo puntillista de Webern —en el que los sonidos individuales son cuidadosasmente ubicados en la obra de manera que cada uno tiene importancia— fue muy influyente en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial entre compositores como Pierre Boulez y Karlheinz Stockhausen.
Irónicamente, después de años de impopularidad, la técnica dodecafónica se convirtió en norma en Europa durante los años cincuenta y sesenta, pero luego sufrió un retroceso cuando generaciones de jóvenes y viejos compositores retornaron a la escritura de música tonal, ya fuera en sus variantes neoclásica, romántica o minimalista. Stravinski, que estudió de joven con Nikolay Rimsky-Korsakov, se convirtió en modernista, luego en neoclásico, y posteriormente incursionó en el serialismo a partir de la muerte de Schoenberg.
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